Los defensores del vivir de forma simple y el minimalismo creen que otorgar menos valor a las posesiones materiales provee mayor felicidad, salud y bienestar. De hecho, varios estudios han demostrado que las personas que valoran el dinero y las posesiones por encima de amarse más y otros objetivos, en la vida registran menos felicidad y más depresión. El amor propio, nos brinda seguridad y fortaleza.
Una investigación publicada en la revista psychologytoday muestra que la felicidad no es el resultado de saltar de una alegría a la siguiente; lograr la felicidad generalmente implica quererse más. El dinero es importante para la felicidad, pero porque compra la libertad de no preocuparse por lo básico como: alojamiento, comida y ropa.
Sin embargo, los logros, el estado civil, las relaciones sociales, e incluso nuestros vecinos, los que nos hacen felices. Y los investigadores estiman que gran parte de la felicidad está bajo nuestro control personal.
Disfrutar regularmente de pequeños placeres (como baños tibios), sumergirse en actividades desafiantes, establecer y alcanzar metas y encontrar un propósito más allá de uno mismo, son todas acciones que aumentan la satisfacción con la vida y nosotros mismo. Es decir, mientras más tengamos amor propio, más felices seremos.
Qué es el verdadero amor propio
- Es el compromiso definitivo; para conocerse y aceptarse tal como es. Para experimentar completamente la vida tal como te sucede a ti y buscar continuamente formas de crecer física, psicológica y espiritualmente a partir de estas experiencias.
- El verdadero amor propio te recuerda a ti mismo que mereces satisfacer todas tus necesidades personales mientras te consideras digno, valioso y merecedor de la felicidad.
Tres maneras de amarte más:
Cuídate tanto como lo haces para los demás:
Parece simple, pero muchos simplemente no hacemos esto porque pensamos que estamos siendo egoístas. La compasión por ti mismo significa mostrar preocupación por tus propios sentimientos. Por eso, trátate como lo harías con tus hijos o tu mejor amigo, con gentileza, preocupación y afecto.
Mantén tus límites
Escribe una lista de las cosas que necesitas emocionalmente, cosas que son importantes para ti y que molestan o lastiman tus sentimientos.
Podrían incluir ser escuchados; obtener simpatía cuando estás herido; que seas celebrado cuando tienes éxito; recibir amor, ternura sin pedirlo y ser cuidado.
Tus sentimientos están ahí para decirte lo que está bien y lo que está mal. Puedes hacerle saber a las personas sobre tus límites y además tomar acción y reconsiderar las relaciones que no cumplen con la lista.
Haz lo que tienes que hacer para ti
Descubre lo que te hace sentir bien y hazlo tan a menudo como puedas. No importa de qué se trata, pero toma conciencia de cómo te sientes cuando haces las cosas. ¿Te sientes agotado en el trabajo, pero eufórico cuando estás en naturaleza? ¿Te sientes feliz escribiendo poesía o como voluntario?
Sentirse bien es todo el permiso que necesita para hacer lo que te gusta y cuanto más hagas esas cosas, más feliz serás. Si eso significa que tienes que renunciar a otra cosa, que así sea.
Tal vez necesites ahorrar algo de dinero para comprar pinturas y pinceles, o pedirle a la familia que cuide de tus hijos durante unas horas mientras tomas una caminata para aliviar el estrés. No permitas que nadie te culpe, te critique, ignóralos. Te sentirás mejor, podrás estar realmente mejor para los demás, y te gustarás más.
El minimalismo no es una forma segura de volverse psicológicamente fuerte. Hay demasiadas variables externas e internas involucradas. Sin embargo, el minimalismo se asocia con beneficios que ayudan a las personas a amarse más y vivir una vida más feliz, más satisfecha y más tranquila.
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